jueves, 20 de mayo de 2010

CORRIENTES DE PENSAMIENTO EN LA ANTROPOLOGIA CULTURAL.

Desde hace casi cien años los antropólogos conviven con los pueblos que estudian. Al principio había pocas personas tan aventureras –casi se podría decir que temerías. Pero, poco a poco, creció su número cuando cada vez más personas aceptaban el reto de vivir un año en un lugar que normalmente resulta muy distante, prescindiendo de las comodidades acostumbradas, con el fin de estudiar cómo vivían y pensaban otros pueblos. La idea fundamental era aumentar nuestros conocimientos de forma que algún día pudiéramos llegar a entender por qué el comportamiento humano podía ser tan diferente y al mismo tiempo tan parecido en distintas épocas históricas y lugares. La bibliografía antropológica recoge la descripción de cerca de 2000 sociedades diferentes. Esta inmensa cantidad de información constituye nuestra base de datos sobre la variación cultural. La elección del aspecto en el que va a centrar su estudio normalmente refleja el enfoque teórico del investigador, su campo específico o su método de investigación predilecto. Un enfoque teórico es una actitud general acerca de cómo se pueden explicar los fenómenos culturales. En la antropología, como en todos los campos del saber, continuamente aparecen y desaparecen nuevas ideas. Un enfoque teórico aparece otro nuevo que lo desbanca. Muy a menudo una corriente nueva estará centrada precisamente en aquellos aspectos de un problema que la corriente anterior había relegado a un segundo plano. En nuestra descripción de las orientaciones teóricas que han surgido desde el nacimiento de la antropología cultural seguiremos un orden cronológico a grandes rasgos. En nuestra descripción de cada escuela haremos hincapié en los tipos de información o en los fenómenos más importantes. Algunas de estas orientaciones pertenecen al pasado, pero otras todavía cuentan con seguidores.
En los comienzos de la antropología, la interpretación mayoritaria era que la cultura generalmente se desarrollaba de manera uniforme y progresiva. Se pensaba que la mayoría de las sociedades pasaban por las mismas etapas hasta llegar a un estado final común. Según esta teoría, las razones para los cambios se encontraban en la sociedad desde el principio y por ello el curso de las transformaciones estaba determinado desde su interior. Eduard B. Taylor (1832-1917) y Lewis Henry Morgan (1818-1889) son dos antropólogos del siglo XlX cuyos escritos son un claro ejemplo de la teoría de que la cultura evoluciona de manera uniforme y progresiva. Taylor decía que toda cultura evolucionaba de simple a compleja y que todas las sociedades pasaban por tres etapas evolutivas básicas: del salvajismo a la barbarie hasta culminar la civilización. Por ello el progreso era posible en todas las sociedades. Como explicación de las diferencias culturales, Taylor y otros evolucionistas decían que las diferentes sociedades contemporáneas se encontraban en fases evolutivas distintas. De acuerdo con esto se pensaba que los pueblos más simples se parecían a las sociedades del pasado. En las sociedades más avanzadas según Taylor, se encontraban marcas de la evolución cultural en las llamadas supervivencias, restos de tradiciones anteriores sobrevivían en las culturas actuales. La alfarería seria una de estas supervivencias, tal y como las definía Taylor. Taylor creía que existe una especie de unidad psíquica entre todos los pueblos, que explicaría el por qué de los paralelismos en la evolución de las diferentes tradiciones culturales. Otro defensor de la evolución cultural progresiva y uniforme fue Lewis Henry Morgan. Siendo abogado en el estado de New York, empezó a interesarse por los indios iroqueses de la región y defendió sus reservas en un pleito sobre la cesión de tierras. En señal de gratitud, los indios iroqueses adoptaron a Morgan. En su libro más conocido, Ancient Society, Morgan defendió la existencia de varias fases en la evolución de una cultura. Por ejemplo, mantuvo que la familia se desarrolló en cinco etapas. La organización de la sociedad empezó con una horda que vivía en promiscuidad sin restricciones sociales ni estructura familiar. En la etapa siguiente un grupo de hermanos se casaba con otro de hermanas y el matrimonio entre hermanos estaba permitido. En la tercera etapa se llevaban a cabo matrimonios entre grupos, pero no se permitía que los hermanos se casaran entre sí. En la siguiente etapa, que correspondía a la etapa de barbarie, se daban parejas de hombre y mujer a los que unía un vínculo poco firme y que todavía convivía con otras personas. A esto, le siguió la familia dominada por el hombre, en la que el marido podía tener más de una mujer al mismo tiempo. Finalmente, la familia de la civilización se caracterizaba por constar de una pareja monógama, en la que el hombre y la mujer convivieran en una relación de igualdad. A Karl Marx le llamaron la atención los paralelismos existentes entre el evolucionismo de Morgan y su propio modelo histórico. Marx y su colaborador Friedrich Engels diseñaron una teoría por la cual la monogamia, la propiedad particular y el estado eran los responsables principales de la explotación de la clase trabajadora en la sociedad industrial. Marx y Engels ampliaron el modelo evolucionista de Morgan para incluir un estado futuro en el que la monogamia, la propiedad particular y el estado dejarían de existir, dejando paso así al comunismo de la sociedad primitiva.
Los comienzos del siglo XX trajeron consigo el fin del reinado de la teoría evolucionista. Su principal detractor fue Franz Boas (1858-1942) cuya principal crítica a la teoría evolucionista se centraba en la idea de que la cultura humana se regía por leyes universales. Boas señaló que los científicos del siglo XlX carecían de datos suficientes para formular generalizaciones fiables. Boas formó prácticamente solo toda una generación de antropólogos norteamericanos. Boas hizo hincapié en la aparente complejidad de la variación cultural y quizás fuera por ello por lo que creía que era prematuro formular leyes universales. Boas pensaba que se debía estudiar características aisladas en el contexto de la sociedad en la que aparecían. Boas en 1896 publicó un artículo titulado las limitaciones del método comparativo en la antropología en el que explicaba sus objeciones al evolucionismo. El decía que los antropólogos debían dedicar menos tiempo a crear teorías basadas en datos insuficientes. Aseguraba que solamente se podían proponer nuevas teorías una vez que se hubieran recopilado e interpretado suficientes datos. Boas pensaba que si se recopilaba una gran cantidad de datos, las leyes que gobernaban las diferentes culturales se revelarían de forma automática. Según el método que el proponía la base de la ciencia consistiría en no fiarse de ninguna expectativa y creer solamente en los hechos.
A finales del siglo XlX y principios del XX, cuando el evolucionismo de Taylor y Morgan aun gozaba de gran popularidad, el difusionismo empezó a atraer a antropólogos de varios países. Las escuelas más influyentes fueron la británica y la autrogermana. La escuela británica difusionista afirma que la mayoría de las características de las civilizaciones más avanzadas se podían encontrarse ya en Egipto y a partir de allí se irían difundiendo a otros pueblos, a medida que estos entraban en contacto con Egipto. Los difusionista ingleses pensaban que el desarrollo paralelo de una característica concreta en dos partes del mundo distantes entre sí era extremadamente poco común. Los pueblos, según ellos, por naturaleza tienen poca capacidad inventiva y prefieren copiar un invento de otra cultura antes que desarrollar sus propias ideas. Este punto de vista nunca obtuvo gran apoyo, y en la actualidad ha sido abandonado por completo. La escuela difusionista autrogermana sugirieron que las características culturales se podían difundir en grupo o en forma individual a través de grandes distancias. La escuela británica difusionista piensan que todas las características culturales tenían un origen común (Egipto) y desde allí se difundieron a otras culturas en todo el mundo, la escuela austrogermana defendían la existencia y difusión de varios complejos culturales diferentes.
En biología, las diferentes partes de un organismo se pueden describir atendiendo a sus funciones, al papel que juegan para mantener la vida del organismo entero. El funcionalismo en ciencias busca la función que tiene algún aspecto de la cultura y de la vida social para mantener un sistema. Existen dos escuelas del funcionalismo bien diferenciadas que se crearon en torno a sendos antropólogos británicos, Bronislaw Malinowski (1884-1942) y Arthur Reginald Radclffe-Brown (1881-1955). El modelo funcionalista de Malinowski parte de la base de que todas las características culturales sirven a las necesidades de los individuos que forman parte de la sociedad. Esto supone que la función de una característica cultural es satisfacer alguna necesidad básica o derivada de los miembros del grupo. Al contrario que Malinowski, Radcliffe-Brown pensaba que los diferentes aspectos del comportamiento de una sociedad, más que satisfacer las necesidades individuales, son la base de la estructura social de la sociedad. Con el término de estructura social se refería a la totalidad de las relaciones sociales en una sociedad. La crítica principal al de Malinowski es que no puede explicar la variación cultural. La mayoría de las necesidades que identificó como la alimentación, son universales.
En los años veinte, algunos antropólogos estadounidenses empezaron a estudiar la relación entre cultura y personalidad. Aunque hay diferentes teorías acerca del origen de la escuela de cultura y personalidad, no cabe duda de que las obras de Sigmund Freud y otros psicoanalistas jugaron un papel importante en su nacimiento. Edward Sapir, uno de los primeros discipulos de Boas, reseñó varios libros sobre el psicoanálisis y parece haber tenido una gran influencia sobre otros dos discipulos de Boas, Ruth Benedict y Margaret Mead, que fueron unas de las primeras defensoras de la orientación psicológicas. En su libro Patterns of Culture Benedict defendía que no solamente existían ciertos patrones culturales en los pueblos, sino que estos podían ser descritos de acuerdo a diferentes tipos de caracteres. Mead no intentó describir las sociedades de acuerdo con diferentes tipos de personalidades. Para Mead igual que Benedict, existe una estrecha relación entre la cultura y la personalidad. Después de haber estudiado tres pueblos de Nueva Guinea, Mead afirmó que cada uno de estos pueblos presentaba diferencias de personalidad de acuerdo con el sexo. En otras palabras, las mujeres y los hombres mostraban diferencias psicológicas, pero estas diferencias no eran iguales en los tres pueblos. En varios seminarios celebrados durante los años treinta y cuarenta en la Universidad de Columbia, el antropólogo Ralph Linton y el psicoanalista Abram Kardiner desarrollaron ideas importantes para los estudios de la cultura y la personalidad Kardiner afirmó que en todas las culturas existe una personalidad básica que es el fruto de ciertas experiencias compartidas. Estas experiencias compartidas son el fruto de las instituciones primarias de la sociedad, que tienen que ver con las formas tradicionales de ganarse un sustento, la composición de una familia y las costumbres relacionadas con la educación de los niños. Por otra parte, la estructura básica de la personalidad da origen a otros aspectos de la cultura, llamados instituciones secundarias, que se crean con el fin de satisfacer y reconciliar las necesidades y conflictos que constituyen la estructura básica de la personalidad. Estos aspectos, que incluyen la tradición popular, la religión y los rituales, son considerados secundarios porque presumiblemente provienen de la estructura básica de la personalidad.
El enfoque evolucionista no murió en el siglo XlX. En 1930 Leslie A. White criticó el énfasis de Boas en el particularismo histórico y promovió un enfoque evolucionista. A pesar de que su enfoque fue denominado neoevolucionismo, White rechazó este término, insistiendo que su enfoque no se alejaba mucho de las teorías del siglo XlX. Al enfoque evolucionista clásico White le añadió la concepción de la cultura como un sistema capturador de energía. Según su ley básica de la evolución cultural, en el caso de que los demás factores permanezcan constantes la cultura evoluciona a medida que aumenta la cantidad de energía por persona utilizada todos los años, o en la medida que aumenta la eficacia de los instrumentos utilizados para sacar provecho de la energía. Julian H. Steward, otro evolucionista tardío, dividió el pensamiento evolucionista en tres escuelas: Unilenial; Universal; Multilineal. Marshall Shalins y Elman Service estudiantes y compañeros de White y Steward, combinaron las opiniones de ambos y distinguieron entre dos tipos de evolución: específica y general. La evolución específica se refiere a la secuencia de cambios y adaptaciones de una sociedad particular a un medio en concreto. La evolución general se refiere al progreso general de la sociedad humana en la que las formas más avanzadas evolucionan de formas inferiores y las sustituyen. De esta forma la evolución específica de Steward, mientras que la evolución general se parece a la evolución universal de White.
Claude Levi Strauss ha sido el representante más destacado del enfoque conocido como estructuralismo. Su estructuralismo se diferencia del de Radcliffe-Brown. Mientras que Radcliffe-Brown estudiaba principalmente como los elementos de una sociedad funcionan como un sistema. Levi Strauss centró su atención en el estudio del origen de los sistemas mismos. Para él la cultura, tal y como se expresa en el arte, los ritos y los patrones de la vida diaria, es una manifestación de la estructura de la mente humana. El estructuralismo no solamente ha influido en el pensamiento francés, sino también en el británico. Algunos escritos estructuralistas han recibido críticas por llevar a cabo análisis demasiado teórico y puntuales, descuidando la observación e información etnológica sólida. El enfoque estructuralista de Levi Strauss implica definir de forma intuitiva las reglas del pensamiento sobre las que se puede cimentar una cultura determinada. La etnociencia intenta llegar a estas reglas mediante análisis lógico de datos etnográficos, datos que se intenta proteger al máximo de los propios prejuicios del investigador. La etnociencia es similar al enfoque de Levi Strauss ya que ambos fueron influidos por la metodología de la lingüística descriptiva. Pero aquí acaba la similitud. Más que recoger datos partiendo de unas categorías antropológicas predefinidas, el etnocientifico intenta comprender un pueblo desde el punto de vista del mismo. Utilizando lo que haya podido encontrar a través del estudio de su idioma, especialmente en lo que se refiere a las palabras que utilizan para describir lo que hacen, el etnocientifico intenta formular las leyes que generan un comportamiento aceptable en esa sociedad. Algunos antropólogos se interesan principalmente por la influencia del entorno en la cultura. Julian Steward fue uno de los primeros defensores del estudio de la ecología cultural, el análisis de la relación entre una cultura y su medio. Steward pensó que la explicación de algunos aspectos de la variación cultural podía estar ligada a la adaptación de los pueblos a un medio concreto. Al igual que la ecología cultural, la escuela conocida como economía política parte de la base de que la explicación de por qué las sociedades cambian y se adaptan pueden ser halladas en factores externos.La idea de que la selección natural puede influir en las características sociales y de comportamiento de una sociedad es común a la ecología cultural y a otra corriente teórica, más reciente, llamada ecología del comportamiento. Desarrollada principalmente por biólogos, de los insectos sociales, la ecología del comportamiento o sociobiólogía aplica los principios de la evolución biológica al comportamiento social de los animales, incluyendo a los hombres. Algunos antropólogos culturales han empleado la teoría de la ecología del comportamiento para explicar algunos aspectos de la variación cultural. La ecología cultural se centra principalmente en lo que los biólogos denominan selección de grupo. La ecología del comportamiento centra su atención sobre los que los biólogos denominan selección individual. A partir de los años sesenta algunos críticos literarios han influidos en el desarrollo de la variedad interpretativa de la antropología cultural, especialmente por lo que a la etnografía se refiere. Algunos antropólogos opinan que la interpretación es el único objetivo realista de la antropología cultural, ya que es imposible describir y medir los fenómenos culturales de forma objetiva y no sesgada. Los antropólogos científicos no están de acuerdo con esto. Desde luego que las etnografías interpretativas pueden llevarnos a algún descubrimiento, pero no tenemos por qué creernos lo que sugiere la interpretación, aunque ésta esté redactada en los términos más convincentes. Un número cada vez mayor de antropólogos culturales contemporáneos asegurarían que no prefieren ninguna orientación teórica, ningún campo de estudio y ningún método de investigación particular. Más bien dirían que su orientación corresponde a la verificación de hipótesis. Estos antropólogos pueden basarse en cualquier teoría y utilizar cualquier de los métodos existentes. Su objetivo principal es poner a prueba las posibles explicaciones porque piensan que cualquier explicación debe ser expuesta a la posibilidad de ser negada con ayuda de datos recogidos de forma sistemática. Mientras no se haya examinado de esta forma, los antropólogos pueden y deben advertir que debemos aceptar la explicación con cierto escepticismo. Para aquellos que comparten esta orientación el atractivo o la lógica de una explicación no pueden constituir razón necesaria para aceptarla; la explicación debe ser puesta a prueba y contrastada con datos. Incluso si los datos parecen confirmarla todavía puede haber motivos para la cautela. Según esta orientación, todo saber es incierto y por ello debe estar sujeto a una confirmación creciente o disminuyente a medida que se va sometiendo a nuevas pruebas. Si esto es cierto, lo cual resulta algo incómodo, esto significaría que nunca podremos llegar a verdades absolutas. Por otra parte, y esto resulta motivador, deberíamos poder llegar a unos conocimientos cada vez más fiables si ponemos a prueba nuestros conocimientos una y otra vez.

SIGNIFICADO DE ESTOS TERMINOS.

1- ORIGEN DE LA ANTROPOLOGIA:
La antropología (del griego άνθρωπος anthropos, 'hombre (humano)', y λογος, logos, 'conocimiento'), es la ciencia social que estudia al ser humano de forma holística. La antropología como disciplina apareció por primera vez en la Histoire Naturelle de Georges-Louis Leclerc, Comte de Buffon (1749) y combinó muy pronto dos genealogías distintas; una de base naturalista, relacionada con el problema de la diversidad física de la especie humana (anatomía comparada), y como fruto de un proyecto comparativo de descripción de la diversidad de los pueblos. Este último había sido abordado desde la Edad de piedra y la edad carbonífera, en relación a los problemas que planteaban el trabajo misional, las necesidades de describir pueblos situados en los márgenes de la Europa alto medieval, y más tarde el proyecto colonial. Posteriormente, se le añadiría la historia cultural comparada de los pueblos que daría lugar, en Europa, al folclore.
2- RELACION DE LA ANTROPOLOGIA ENTRE CIENCIAS SOCIALES Y NATURALES;
Combinando en una sola disciplina los enfoques de las ciencias naturales, sociales y humanas, la antropología es, sobre todo, una ciencia integradora que estudia al hombre en el marco de la sociedad y cultura a las que pertenece; y, al mismo tiempo, como producto de éstas. Se la puede definir como la ciencia que se ocupa de estudiar el origen y desarrollo de toda la gama de la variabilidad humana y los modos de comportamientos sociales a través del tiempo y el espacio, es decir, del proceso biosocial de la existencia de la especie humana
CULTURA:
La cultura es el conjunto de todas las formas, los modelos o los patrones, explícitos o implícitos, a través de los cuales una sociedad regula el comportamiento de las personas que la conforman. Como tal incluye costumbres, prácticas, códigos, normas y reglas de la manera de ser, vestimenta, religión, rituales, normas de comportamiento y sistemas de creencias. Desde otro punto de vista se puede decir que la cultura es toda la información y habilidades que posee el ser humano. El concepto de cultura es fundamental para las disciplinas que se encargan del estudio de la sociedad, en especial para la antropología y la sociología.
Es una especialidad de la antropología general que basa su estudio en el conocimiento del hombre por medio de sus costumbres, relaciones parentales, estructuras políticas y económicas, urbanismo, medios de alimentación, salubridad, mitos, creencias y relaciones de los grupos humanos con el ecosistema.
4- CULTURA DE LA POBREZA:
Es una adaptación y una reacción de los pobres a su marginación por parte de una sociedad capitalista estratificada en clases y muy individualista; también representa un esfuerzo por enfrentar las sensaciones de desesperanza y desesperación, que surgen al percatarse de la improbabilidad de lograr éxito conforme a los valores y los objetivos establecidos por el conjunto de la sociedad.
5- ALIENACION:
Es cuando no se posee a sí mismo, cuando la actividad que realiza le anula, le hace salir de sí mismo y convertirse en otra cosa distinta a la que él mismo propiamente es, decimos que dicho sujeto está alienado; la alienación describe la existencia de una escisión dentro de un sujeto, de un no poseerse totalmente y, como consecuencia de ello, comportarse de un modo contrario a su propio ser.
6- ACULTURACION:
Es un proceso que implica recepción y asimilación de elementos culturales de un grupo humano por parte de otro.
7- TRANSCULTURACION:
La palabra transculturación se generó en el terreno de la antropología a partir del año 1935, con el fin de clasificar el estudio del contacto cultural entre grupos diferentes, sin embargo, su definición ha ido modificándose para delimitar más claramente su campo de acción ya que la terminología es una herramienta esencial en la investigación.
Es un hecho o proceso mediante el cual rasgos propios de una cultura son asumidos por otra y en muchos casos inconscientemente asumidos como propios. Hoy en día es un fenómeno muy común debido al desarrollo tecnológico que han alcanzado las telecomunicaciones, y el intercambio rápido y casi inmediato que se ha conseguido en la era de la llamada (o mal llamada!) "Aldea Global".
8- IDENTIDAD CULTURAL:
Es el conjunto de valores, tradiciones, símbolos, creencias y modos de comportamiento que funcionan como elemento cohesionador dentro de un grupo social y que actúan como sustrato para que los individuos que lo forman puedan fundamentar su sentimiento de pertenencia. La identidad cultural es similar a todo aquello que nos los enseñan nuestros antepasados y lo ponemos en practica.

EL CONCEPTO DE CULTURA.

Todos pensamos que somos individuos únicos que tienen unos puntos de vista, gustos, hábitos y manías únicos. De hecho esto es verdad, pero aun así la mayoría de nosotros comparte la opinión de que es malo comer perros, la idea de que las bacterias y los virus producen enfermedades, y el hábito de dormir en una cama. Hay muchas opiniones, ideas y hábitos que, como estos, compartimos con muchas personas en nuestra sociedad. Casi nunca nos paramos a pensar en las ideas y costumbres que compartimos, pero juntas constituyen lo que los antropólogos denominan la cultura occidental. Sin embargo, hasta que no nos comparamos con las personas de otras sociedades no nos damos cuenta de las diferencias y semejanzas culturales. De hecho, es así como se originó la antropología como profesión; cuando los europeos empezaron a explorar y viajar a lugares lejanos se vieron forzados a confrontar ejemplos de variación cultural, que a veces podían resultar inimaginables.
A la mayoría de los primeros europeos que llegaron a tierras lejanas les horrorizaban y asqueaban muchas de las costumbres que observaban. Estas reacciones no resultan sorprendentes. Las personas normalmente piensan que sus formas de comportamiento y sus actitudes son las correctas y que la gente que no las comparte es inmoral e inferior. Pero también nuestras costumbres e ideas pueden parecer extrañas y poco cultivadas a un observador de otra cultura. Es probable que protestemos ante tal descripción, argumentando que para entender el comportamiento de una sociedad el observador debe intentar saber por qué las personas en esa sociedad dicen hacer ciertas cosas. La actitud de los antropólogos según la cual las costumbres de una sociedad deben ser descritas de forma objetiva, y deben ser vistas en el contexto de los problemas y las posibilidades de una sociedad, se denomina relativismo cultural. Debido a que esta actitud favorece la empatía y la comprensión, se le considera humanista; dado que requiere una observación imparcial e implica intentos de verificar las posibles explicaciones de una costumbre humana, la actitud de relativismo cultural también es científica. Por lo general el relativismo cultural se encuentra con dificultades que son fruto de dos actitudes bastantes comunes. La primera es una tendencia a evaluar las cosas de forma negativa, que resulta del etnocentrismo; la segunda es una tendencia a evaluar las cosas de forma positiva que muchas veces se expresa como la añoranza ingénua de la forma de vida sencilla del buen salvaje.
El Etnocentrismo es cuando las personas cuyo horizonte está limitado por sus propias necesidades y deseos, por lo general, no tienen mucha facilidad para el trato con otras personas. Las personas de este tipo no solamente son pocos indicadas para llevar a cabo trabajos antropológicos, sino que también tendrán problemas a la hora de reconocer y resolver los problemas sociales en su propia sociedad. El pensamiento etnocéntrico hace difícil que la persona en el mundo occidental tenga signo claro de que el adolescente ha alcanzado la edad adulta. De esta forma el Etnocentrismo nos impide entender las costumbres de otros pueblos, y al mismo tiempo, nos hace difícil de entender las nuestras propias. Si pensamos que nuestras costumbres son las mejores, difícilmente nos preguntaremos por qué hacemos lo que hacemos, o por qué los otros hacen lo que hacen.
Cada vez que nos cansamos de la complejidad de la civilización, probablemente añoremos una forma de vida que esté más cerca de la naturaleza o que sea más simple que la que llevamos. Resulta bastante improbable que la mayoría de los occidentales se sintieran atraídos por todos los aspectos de la forma de vida de los Kung, descrita por el folleto El Concepto de Cultura. Lo que queremos decir que no se debe comparar las diferentes culturas, pero sí que no se debe idealizar ninguna de ellas. La mayoría de las costumbres de otras sociedades son, o eran, apropiadas para su entorno físico y social, igual que la mayoría de nuestras costumbres son o eran, apropiadas para nuestro medio. El relativismo cultural defiende que hay que ver todas las culturas de forma objetiva, y no de forma etnocéntrica o idealizada.
En su acepción común, la cultura designa una cualidad deseable que podemos adquirir yendo frecuentemente al teatro y al concierto y a las galerías de arte. Para el antropólogo Ralph Linton, cultura se refiere a la forma de vida de una sociedad, no solamente a aquellos aspectos de la forma de vida que la sociedad considera superior o más deseable. De esta forma la cultura, cuando la aplicamos a nuestra forma de vida, no tiene nada que ver con tocar el piano o leer el Quijote. Para las ciencias sociales, estas actividades simplemente son elementos dentro del conjunto de nuestra cultura. Este conjunto también incluye actividades tan mundanas como lavar platos o conducir un automóvil y para el estudio de la cultura, éstos están al mismo nivel que las cosas más selectas de la vida. De esta forma, cultura se refiere a un gran número de aspectos de la vida. Para algunos antropólogos la cultura son las leyes o ideas que forman la base del comportamiento. La mayoría de los antropólogos piensan que la cultura incluye los comportamientos adquiridos, así como las creencias, actitudes, valores e ideales que caracterizan a una sociedad o población determinada. Entre las características que definen una cultura están: Es Compartida: Para que un pensamiento o una acción puedan ser consideradas como rasgos culturales, deberán ser comunes a un grupo de personas o a una población. Cuando hablamos de las costumbres comunes a una sociedad, y éstas constituyen el interés principal de la antropología cultural, nos estamos refiriendo a una cultura. Cuando hablamos de las costumbres comunes a un grupo de la sociedad, éstos constituyen el centro de interés de la sociología, hablamos de una subcultura. Y si estudiamos las costumbres comunes a un grupo que incluye diferentes sociedades, estamos hablando de un fenómeno para el que no tenemos un término específico. De esta forma hablamos de la cultura occidental (las características culturales de las sociedades de Europa o que se derivan de las mismas) y de la cultura de la pobreza (las características culturales adscritas a las personas pobres de todo el mundo). Se Aprende: No todas las cosas que comparte una sociedad son culturales, es decir, para que algo pueda ser considerado cultural no solo tiene que ser común a la mayoría de la población, sino que tiene que ser algo que hayan aprendido. Los seres humanos tienen la infancia más larga, con diferencia, de todos los animales, lo cual indica nuestra gran dependencia de comportamientos adquiridos. A pesar de que los hombres, al igual que los monos, adquieren muchos de sus conocimientos mediante pruebas, fallos e imitaciones, la mayor parte del conocimiento humano probablemente se transmite con la ayuda del lenguaje hablado y simbólico. Todos los pueblos que los antropólogos conocen, independientemente del tipo de sociedad, contaban con un complejo sistema de comunicación hablada, simbólica, que denominamos lenguaje. El lenguaje es simbólico en el sentido de que una palabra o grupo de palabras puede representar su significado independientemente de que el objeto esté presente o no. Esta cualidad simbólica del lenguaje tiene implicaciones extremadamente importantes para la transmisión de la cultura. Se puede decir que una cosa es cultural si se trata de un comportamiento adquirido, una creencia, una actitud, un valor o un ideal compartido por la mayoría de los miembros de un grupo. Tradicionalmente los antropólogos han estudiado las características culturales de una sociedad, termino con el que nos referimos a un grupo de personas que ocupa un territorio concreto y que habla una lengua común que los pueblos vecinos normalmente no entienden. Según nuestra definición de sociedad, estas naciones están compuestas de diferentes sociedades y culturas.
Una cultura se describe tomando en cuenta los siguientes: Variación Cultural: A primera vista, describir una determinada cultura puede parecer bastante sencillo: lo único que hace falta es observar cómo se comportan las personas en una sociedad, y luego tomar nota de su comportamiento. Pero veamos las dificultades con las que podemos encontrar: ¿Cómo decidiremos qué personas observar? ¿Y qué conclusiones podríamos sacar si cada una de las doce primeras personas con las que habláramos o que observáramos se comportara de forma totalmente diferente en la misma situación?. Las teorías de variaciones en las reacciones individuales ante un determinado estímulo son infinitas. Las Limitaciones Culturales: La primera limitación en relación con las variaciones en los comportamientos individuales es la cultura. El conocido sociólogo francés Emile Durkheim hacía hincapié en que la cultura es algo que está fuera de nosotros y que ejerce un fuerte poder coercitivo sobre nosotros. No siempre somos conscientes de las limitaciones que impone nuestra cultura, ya que la mayoría de las veces nos adaptamos a los comportamientos y pensamientos que ella impone. Las limitaciones culturales se pueden dividir en dos tipos: directas e indirectas. Las directas es mas obvias, si decidiera no llevar ropa, me estaría exponiendo a una limitación cultural más fuerte y directa: arresto por escándalo. Las indirectas resultan menos obvias, pero no son menos efectivas. Patrones Culturales Ideales y Reales: Toda sociedad tiene unas ideas respeto a como deberán comportarse y sentir las personas en determinadas situaciones. En el uso diario denominamos estas ideas ideales, en antropología se de denominan patrones culturales ideales. Estos patrones suelen verse reforzados por las limitaciones culturales. Pero todos sabemos que las personas no siempre actúan en consonancia con sus ideas. Si lo hicieran no tendrían que existir las limitaciones directas e indirectas. Algunos de nuestros patrones ideales se diferencian de nuestro comportamiento real porque el ideal está desfasado, es decir, está basado en conductas sociales pasadas. Otros patrones ideales pueden no haber sido reales nunca, sino representar lo que a las personas les gustaría ver como comportamiento ideal. El antropólogo dispone de dos formas principales para descubrir patrones culturales: Cuando se trata de costumbres conocidas que se pueden observar con facilidad, por ejemplo, nuestra costumbre de mandar los niños al colegio y cuando se trata de un campo de comportamiento en el que hay muchas variaciones o cuando las personas a las que se estudia no son conscientes de este patrón de conducta, el antropólogo deber recoger los datos referentes a una muestra de individuos para restablecer cuál es el patrón cultural.
Algunas suposiciones acerca de la cultura, generalmente la cultura es adaptativa, hay algunos comportamientos culturales, que, si fueran llevados a un extremo, disminuirían las posibilidades de supervivencia de una sociedad en concreto. Por ejemplo, ciertas tribus de Nueva Guinea ven a las mujeres como básicamente sucias y peligrosas, y piensan que el contacto con ellas debe ser lo más limitado posible. Claramente no podríamos esperar que esta sociedad sobreviviera durante mucho tiempo. Los pueblos que se aferran a una costumbre parecida a la de las tribus de Nueva Guinea desaparecen llevándose consigo las costumbres, o bien, estas costumbres son reemplazadas por otras, ayudando así al pueblo en su supervivencia. Las costumbres de un pueblo que favorecen la supervivencia y aumentan el éxito reproductivo son adaptativas y suelen persistir. Cuando decimos que una cultura es adaptativa, nos referimos a que es adaptativa en relación con un medio físico y social concreto. Lo que en un medio puede ser adaptativo, en otro puede no serlo. Por eso, cuando nos preguntamos por qué una sociedad tiene una determinada costumbre, en realidad estamos preguntando si esa costumbre tiene algún sentido, si se la ve como adaptación a unas condiciones determinadas del medio. Debemos recordar que una cultura nunca tiene la obligación de adaptarse a un entorno cambiante. Al principio, incluso en vista de un cambio en las circunstancias, una cultura puede optar por no cambiar sus costumbres.
La cultura es mayoritariamente integrada cuando nos hablan de un patrón cultural desconocido, nuestra primera reacción es intentar imaginar cómo funcionaría ese patrón en nuestra sociedad. Cuando decimos que nuestra cultura es mayoritariamente integrada queremos decir que los elementos y rasgos que conforman la cultura no son una serie de costumbres asociadas al azar, sino que están adaptadas las unas a las otras, o al menos son compatibles. Una de las razones por la que los antropólogos piensan que la cultura tiende a ser integrada es que generalmente la cultura es adaptativa. Una cultura también puede tender a la integración por razones psicológicas. Al fin y al cabo, las características de una cultura –actitudes, valores, ideales y reglas de comportamiento- están almacenadas en la mente de los individuos. La consistencia o integración de los rasgos culturales también puede ser el producto de procesos culturales menos conscientes. La tendencia de que la cultura sea integrada, puede estar inducida por la cognitivo, lo emocional y lo adaptativo.
La cultura siempre cambia, cuando examinamos la historia de la sociedad, resulta obvio que la cultura ha cambiado a lo largo del tiempo. Algunos de los comportamientos, de las creencias y de los valores compartidos en un momento dado ha sido cambiado o sustituidos a lo largo del tiempo. Un gran número de cambios culturales puede estar impulsado por cambios en el medio exterior. En el mundo moderno, los cambios en el medio social probablemente estimulen con más frecuencia el cambio cultural que los cambios en el medio físico. Si partimos de la base de que las culturas son más que simples colecciones fortuitas de comportamiento, de creencias y valores, que tienden a ser adaptativas, integradas y cambiantes, entonces las diferencias y parecidos entre ellas deberían ser comprensibles. Es decir, que podemos esperar que circunstancias similares dentro o fuera de la cultura llevarán respuestas culturales similares. Aunque podemos partir de la base de que la variación cultural es comprensible, la tarea de descubrir qué circunstancias en concreto favorecen la aparición de qué patrones es difícil y vasta.

jueves, 13 de mayo de 2010

EL CRISTIANISMO COMO RELIGION REVELADA.

En la religión cristiana se da el encuentro definitivo del hombre con Dios, porque Dios se ha hecho hombre. Si Dios habla al hombre de sí mismo, entonces el hombre podrá conocerle mejor. También podrá, en consecuencia, hablar mejor acerca de Dios, proclamando y profesando la fe en lo que Dios le ha dicho acerca de sí mismo y del universo. Por su propia dignidad, todos los hombres, en cuanto son personas, esto es, dotados de inteligencia y voluntad libre y, por ello, dotados de responsabilidad personal, se sienten movidos por su propia naturaleza y por obligación moral a buscar la verdad, en primer lugar la que corresponde a la religión. El hombre, con su inteligencia, trata de comprender el mundo que le rodea, es decir, busca la verdad. Desea saber lo más posible acerca del mundo y de sí mismo. Lleva impresa en su alma una tendencia a saber las verdades más profundas. Son éstas las que se refieren al origen del mundo y del hombre, a su fin y, en definitiva, a su Creador. Pero así como puede el hombre conocer verdades con su inteligencia, también puede comunicárselas, por medio del lenguaje, a los demás hombres, que también son inteligentes. Nada impide que el Creador se comunique con el hombre y le revele o descubra verdades, utilizando el lenguaje del propio hombre. Estas verdades pueden ser: tanto aquellas que el hombre podía conocer con su inteligencia (verdades naturales), como otras que le superan, pero cuyo conocimiento es beneficioso para él y, por eso, Dios se las transmite (verdades llamadas sobrenaturales). Manifestación, en hechos y en palabras, que Dios hace de sí mismo y de sus planes de salvación para con los hombres: Dios invisible, movido de amor, habla a los hombres como amigos y trata con ellos para invitarlos y recibirlos en su compañía. La revelación de Dios se lleva a cabo plenamente en Jesucristo. Comenzó con las primeras comunicaciones proféticas de la palabra divina en la Antigua Alianza y objetivamente ha acabado con la muerte del último apóstol. Sin embargo, la explicación o explicitación de lo que Dios ha revelado sigue haciéndose en la Iglesia a medida de las necesidades vivas que el desarrollo de la misma comunidad creyente hace aparecer. Fe es creer algo a alguien. Se cree porque se fía uno de ese alguien y se está cierto, seguro, de aquello que le dice el otro, aunque no lo haya visto. En la vida de cada día estamos constantemente teniendo fe en los demás. Nadie, por ejemplo, se subiría en un avión si no confiara en el piloto, que le va a llevar a un lugar determinado y no le va a estrellar contra el suelo. Cuando el hombre asiente a unas verdades, no porque las adquiera con su inteligencia, sino porque se fía de la palabra de Dios, tiene fe religiosa o fe en Dios. Y aunque no comprenda esas verdades más que en una pequeña medida, la sabiduría sin límites del Creador le hace asentir a ellas con más fuerza que a las que él mismo adquiere con su esfuerzo. Toda profesión de fe es una comunicación a los demás de lo que se cree. También pueden varios hombres juntos confesar esa fe y proclamarla. Es lo que hacemos cuando juntos rezamos el Padrenuestro. El 7 de junio de 1981, el Papa Juan Pablo 11 quiso rezar el Credo de Nicea-Constantinopla en San Pedro del Vaticano junto con los representantes de otras confesiones cristianas no católicas. La enseñanza del Concilio Constantinopolitano 1 -decía el Papa- es todavía hoy la expresión de la única fe común de la Iglesia y de todo el Cristianismo. Confesando esta fe -como -hacemos cada vez que recitamos el Credo- y reviviéndola en la próxima conmemoración centenaria, queremos poner de relieve lo que nos une con todos nuestros hermanos, a pesar de las divisiones que han surgido a lo largo de los siglos. (Carta de 25-11-81). Al profesar la fe, el hombre da testimonio ante los demás de su creencia. El testimonio perfecto será el de quien cumple con sus obras lo que expresa en las palabras. El creyente, al confesar y proclamar la fe, convoca a los demás, les invita a que crean lo que él cree. FE: Ante todo es la plena aceptación de Dios, tal como El se nos revela o da a conocer. Esta actitud de fe se caracteriza por la confianza en Dios y por una-adhesión personal a Cristo revelador del Padre y Salvador de los hombres. Aceptar a Cristo quiere decir aceptar su Evangelio, sus enseñanzas y vivir según su Espíritu, en comunión con ¡la fe de la Iglesia. (C.v.e., p. 300) «Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y a tu enviado, Jesucristo» (Jn. 17, 3).